Para elegir el tipo adecuado de compresor y el equipo auxiliar, necesitamos conocer o determinar ciertas condiciones. Una evaluación precisa de las necesidades reales permitirá seleccionar el sistema óptimo en relación con la capacidad y el presupuesto.
Los siguientes factores son esenciales al diseñar un sistema de aire comprimido:
La cantidad de aire comprimido necesaria para realizar el trabajo previsto
Hay varias maneras de estimar el aire comprimido. Puede medir la carga de un compresor ya existente (para la ampliación de un sistema existente), o en medir el consumo de aire comprimido de las herramientas y máquinas conectadas (es importante incluir en la evaluación el tiempo de trabajo y el ciclo de consumo).
La presión de trabajo requerida
El compresor se adapta al equipo que necesite la máxima presión de trabajo. Las herramientas neumáticas industriales suelen estar diseñadas para funcionar con una presión de 6 bar. El compresor producirá normalmente una presión ligeramente más alta para compensar las caídas de presión en los secadores, filtros y conductos. En el ejemplo anterior, una presión de trabajo adecuada para el compresor sería de 7 bar.
El ciclo de funcionamiento durante el cual se utiliza el aire comprimido
Los factores importantes a tener en cuenta son el tipo de consumo (si es continuo o no), y su variación, durante la jornada de trabajo; y si se requiere un gran suministro intermitente de aire comprimido.
La calidad de aire comprimido necesaria
El uso previsto del aire comprimido determina lo que aceptable en términos de partículas, residuos de aceite y agua.